La Varietola II
Cuando se nos ocurrió hacer una fiesta para recaudar fondos pro-impresión de Qu, cuando la llamamos La Varietola y cuando nos juntamos para pensarla y darle forma, sabíamos que iba a estar bueno, sí, pero no tanto. A veces, no muchas, la vida nos sorprende con momentos en los que nos sentimos más vivos de lo habitual, en los que nos damos cuenta de que en realidad no nos regala nada a lo que nosotros mismos no le hayamos puesto el moño.
La 2º edición de La Varietola, que tuvo lugar el sábado 1º de octubre en el entrañable Esfera, fue uno de esos momentos. La pasamos de maravillas, y todos sabemos que como el bostezo, la risa o el llanto, pasarla de maravillas es contagioso. Algunos de nosotros no podíamos dejar de abrazarnos. Así que gracias por haber sido parte del sueño Qu (seguir editando, ¿qué más?); alcanzamos y superamos el objetivo. Pero hubo más de lo que puedo decir ahora, algo que se me escapa y que debo dejar decantar. Es algo lindo, les contaré cuando lo sepa. Por ahora está la sensación. Y las ganas de decir gracias.
A los genios que engalanaron las paredes con sus pinturas y grabados: Martín Iungman, Jazmín Sterle, Luciana Capece y Belén Lagutt («curados» por Malena Previtali y Melinhada Midori). A los grossos que vinieron a tocar: Bethu Avendaño y los chicos y chicas de Takina Mulla. A los que nos hicieron reír a carcajadas: Josefina Villegas y Manuel Horazzi. A Miguel Ángel Silva con su selección de poemas. Y a todos los que estuvieron ahí para hacer esto posible. A todos.
Vamos por más, siempre, obvio, ¿cuándo no? Gracias y más gracias.
Nos encontramos en la próxima Qu, nos vemos en La Varietola de diciembre.
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